¿Alguna vez le has hablado a tus plantas para que florezcan o se den bonitas? O ¿has escuchado que esto funciona?

Y ¿Por qué no hacerlo con nuestros hijos? Así como las plantas necesitan del agua y del sol para crecer sanas y fuertes y cuando están en un ambiente amoroso y cálido y que cuando les hablamos bonito y con palabras dulces se dan muy bonitas, lo mismo pasa con nosotros como personas, los niños necesitan crecer en un ambiente amable, con palabras lindas, sin gritos y sin violencia.

Seamos ese ambiente cálido, y que esa agua y sol que nutre a nuestros hijos seamos nosotros como padres llenándolos y nutriéndolos de palabras amables, reglas y límites claros pero amorosos, y con mucho amor!

Cambiemos las palabras hirientes por palabras amables, y los gritos por entender a nuestros hijos y su necesidad de fondo, darles abrazos y contención y te aseguro que estaremos poniendo nuestro granito de arena para que sean seres humanos seguros, amorosos y plenos.

MPH Tatiana Gómez Chico Leyva

Tags

No responses yet

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.